lunes, 12 de enero de 2009

La salud de nuestros hijos


Se acaba de publicar el primer informe científico que relaciona los índices de suicidios y depresiones en adolescentes con las actitudes homófobas de sus padres.

Los padres quieren lo mejor para sus hijos. Es casi una ley general. Sumado a esto el aporte obsesivo de los consejos y la vulgata psicológica, ha generado una conciencia de que gran parte del futuro de los hijos depende de los mismos padres. Por todas partes hay padres y madres atentos, solícitos, psicoanalizados y dispuestos a evitar posibles traumas y recriminaciones. Con una salvedad: que el chico o la chica se salgan de la raya hétero. Ahí se abre un happy hour para bestialidades dignas de la época de las cavernas. Los hijos gays, lesbianas, trans, pueden perder la categoría de hijos. Y con eso perder más. Un estudio publicado en la revista Pediatrics afirma haber encontrado una relación directa entre las reacciones negativas hacia la orientación sexual de un niño por parte de su familia y los problemas de salud –depresiones, uso de drogas, e intentos de suicidio– durante la adolescencia y la juventud. Según este trabajo, quienes en su niñez se sintieron rechazados por su sexualidad son 8 veces más proclives a intentar suicidarse y 6 veces más propensos a sufrir depresiones. Esto es: la homofobia de los padres compromete dramáticamente la salud de los hijos.

El estudio constó de dos partes. En la primera se entrevistó a 53 familias con adolescentes homosexuales y se logró especificar unas 106 conductas que van de lo que puede llamarse aceptación al franco rechazo. Por ejemplo, culpar al chico porque se lo rechaza en el colegio, mandarlo a vivir con otros parientes, obligarlo a cambiar de ropa... Luego se entrevistó a 224 personas gays y lesbianas de entre 21 y 25 para que contaran sus experiencias de la infancia, contrastándolas con sus episodios recientes de depresiones intentos de suicidio. Si bien es un primer estudio y tiene mucho de intuitivo, es el primer trabajo que establece una relación entre problemas de salud y la vida en familia. Tal vez los datos ayuden a que muchos buenos padres tomen conciencia de lo que están haciendo y hasta qué punto están yendo en contra de sus genuinos deseos de tener hijos normales. Los investigadores dan como ejemplo el caso de una adolescente cuya madre la forzaba a salir con chicos, y la mandó a vivir a lo de la abuela en cuanto supo que era lesbiana. Luego de escuchar los resultados de este informe (en el que hay varios casos donde este mismo comportamiento había tenido como consecuencia el suicidio de una chica), esta señora dejó de arreglarle citas a la nena y comenzó a preguntarle sobre su novia...

Y bueno, si los padres son hijos del rigor, cuando es con rigor científico tal vez empiecen a caminar derechito de una buena vez.

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