martes, 17 de noviembre de 2009

Primer turno para un enlace inédito


Por primera vez desde su creación, ayer el Registro Civil porteño dio turno para un casamiento entre dos hombres, Alejandro Freyre y José María Di Bello, la pareja gay que obtuvo autorización de la jueza en lo contencioso administrativo de la ciudad Gabriela Seijas para contraer matrimonio, el primero entre homosexuales en América latina.

"Estamos ante un hecho histórico, ya que es la primera vez que una pareja homosexual consigue llegar al matrimonio. Es más: es la primera vez en la historia en la que se consigue un fallo favorable en primera instancia", narró Freyre, luego de inscribirse en la oficina del Registro Civil que funciona en el CGPC de Beruti al 3300, en Palermo.

Allí, celebrará el enlace con Di Bello el 1° del mes próximo, a las 14. Los contrayentes eligieron esa fecha por ser el Día Internacional de Lucha contra el Sida; ambos son portadores de VIH y militantes por los derechos de los homosexuales. "El 1° de diciembre será una fiesta de la madurez política. Hoy nosotros tenemos un privilegio que, aunque estamos contentos, es una vergüenza que todavía no sea para todos", afirmó al mediodía de ayer.

Casi a la misma hora, la sentencia de Seijas era objetada por la Corporación de Abogados Católicos, que interpuso un recurso de nulidad al considerar que, por un lado, la jueza es incompetente para decidir, ya que "las cuestiones relativas a los impedimentos matrimoniales y similares deben tramitar ante la justicia en lo civil".

En igual sentido accionó individualmente el abogado Pedro Andereggen, quien pidió a la justicia civil que declare nula la sentencia por estar "viciada de competencia".

Por otro lado, los abogados católicos -representados por Eduardo Sambrizzi, que firmó el recurso de nulidad- fundamentaron que "es inadmisible resolver la pretensión de los actores mediante una acción de amparo", como se hizo.

Además, sostuvieron que "la negativa a que dos personas del mismo sexo contraigan matrimonio no constituye un acto discriminatorio", como no lo constituye "la disposición que fija una edad mínima para contraer matrimonio o la que no permite contraer matrimonio a dos hermanos entre sí".

Y, finalmente, defendieron que "el matrimonio es una institución del orden natural entre el hombre y la mujer" que reviste "un interés público, por cuanto tiende a continuar la especie, sirve para la procreación y da base a la familia (...) La generación y educación de la prole, que hace a la mejor perpetuación de la especie, (...) es un elemento constitutivo del matrimonio, por lo que ningún legislador ni juez puede modificar el hecho de que el matrimonio debe ser celebrado entre personas de distinto sexo".

Ayer no apeló la medida ninguna de las partes: el gobierno porteño; el fiscal del caso, Federico Villaba Díaz, y los demandantes. Sin embargo, en diálogo con LA NACION, Sambrizzi entendió que, por la presentación de los abogados católicos en defensa de "derechos de incidencia colectiva, el fallo no está firme y el Registro Civil porteño no puede dar turno ni casar" a Freyre y Di Bello.

El recurso debe ser resuelto por la misma jueza. Sambrizzi adelantó que si lo rechaza apelarán. Incluso, en el escrito ya advirtió que la corporación acudirá hasta la Corte Suprema de Justicia.

Voceros de la Procuración General de la ciudad dijeron a LA NACION que "para el gobierno porteño, si no apela alguna de las partes, el fallo está firme" y, por ende, "será celebrado el matrimonio". Fuentes del juzgado informaron a LA NACION que el plazo para apelar vence hoy, a las 11.

Gustavo López, abogado de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbt), que patrocina a Freyre y Di Bello, también le quitó valor al recurso de los abogados católicos. "No creo que sea viable: ésta es una cuestión entre partes, no pueden entrometerse en un caso en el que hay un demandado y un demandante", expresó.

Angeles Castro
Copyright 2009 SA LA NACION | Todos los derechos reservados

Ahora, a preparar la fiesta y la luna de miel

Alex Freyre y Jose María Di Bello llegaron ayer al Registro Civil tomados de la mano, nerviosos pero felices, a pedir turno para casarse. Serán, si nada ni nadie lo impide, la primera pareja del mismo sexo en contraer matrimonio en América latina. La fecha estipulada es el 1º de diciembre, el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, como ellos propusieron. Ambos son portadores del VIH y en cada aparición pública llevan una gran cinta roja colgando del pecho, como símbolo de la lucha contra el virus. El gobierno porteño no apeló la decisión judicial que autorizó la boda y aseguró que no se opondrá a futuros casamientos. “Esperemos que esto despierte la conciencia democrática de los legisladores y aprueben la ley que amplía los matrimonios; somos los primeros, pero no queremos ser los únicos”, dijo Freyre a Página/12.

Franqueados por María Rachid, presidenta de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (Falgbt), y María José Lubertino, titular del Instituto contra la Discriminación, la pareja se presentó a las 11.30 en el Registro Civil de Beruti 3325, en el barrio de Palermo. Otros activistas ya les habían sacado el número para pedir turno, mientras Freyre explicaba ante las cámaras que ser los primeros conlleva “una gran responsabilidad, porque es una conquista que abre puertas para que la ley argentina incluya a todos y todas”.

Dentro del lugar esperaban el director de los registos civiles, Alejandro Lanús, quien en persona les entregó los formularios. “Se portaron bárbaro, trajeron gaseosas y hasta nos armaron un espacio para dar la conferencia de prensa”, rescató Di Bello, subdirector de Salud y VIH de la Cruz Roja. Su futuro marido, integrante de la Fundación Buenos Aires Sida, estaba, según sus palabras, “apabullado, en estado de shock”.

Siete meses antes fueron a pedir turno al Registro Civil, con testigos, un escribano y los abogados de la Falgbt. Fue el comienzo de la batalla judicial con el gobierno macrista, que en un principio se había pronunciado en contra del amparo que ellos presentaron. Sin embargo, la semana pasada se conoció el fallo de la jueza en lo Contencioso Administrativo, Gabriela Seijas, quien declaró inconstitucionales los artículos 172 y 188 del Código Civil –que sólo permite casarse a parejas integradas por un hombre y una mujer– por considerarlos discriminatorios.

La decisión fue respetada por el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, porque “es la dirección en la que va el mundo en cuanto a salvaguardar el derecho de cada persona a elegir libremente con quién formar pareja y ser feliz”. Para Rachid, quien también espera la decisión judicial para casarse con su pareja, Claudia Castro, “fue una sorpresa, porque (el macrismo) es un sector conservador en éste y otros temas”.

Los motivos del gobierno porteño, aseguró la titular de la Falgbt a este diario, están relacionados con el costo político que tendrían que pagar si se negaban. “Hay un consenso social y político importante en este tema, sabemos que va a haber gente tratando de impedir que Alex y José María se casen. Si no es el 1º de diciembre será el 15 de diciembre o el 5 de enero. Ya no hay vuelta atrás, en poco tiempo vamos a poder casarnos todos y todas”, dijo la dirigente. Y luego aclaró: “Es necesario que se apruebe la ley que amplía los matrimonios, no queremos que esto sea sólo un privilegio de los que viven en la Capital Federal y pueden afrontar un proceso judicial”.

El martes pasado las comisiones de Legislación General y de Familia, Mujer y Minoridad de la Cámara de Diputados no consiguieron quórum para emitir dictamen sobre la modificación de la ley actual. El proyecto de las legisladoras Silvia Ausgburguer y Vilma Ibarra propone sustituir la frase “hombre y mujer” por el término “contrayentes”.

A diferencia de la unión civil que rige en la Capital Federal, en dos localidades cordobesas y en Río Negro, según detalló el abogado de Falgbt, Gustavo López, “el matrimonio permite heredar, adoptar hijos como matrimonio, da ventajas impositivas, permite las visitas carcelarias o decidir sobre la salud de la pareja y muchas cosas más”. Además, regiría en todo el país.

Para Freyre y Di Bello el fallo que permitió el casamiento fue algo inesperado y dio vuelta todos sus planes. Ambos pensaban viajar a Perú por trabajo y deberán adelantar el pasaje para poder hacerse los exámenes médicos de rigor y otros trámites. “Cualquier pareja que se casa se toma un año para preparar la boda, nosotros sólo tenemos quince días. Podríamos haber pedido fecha para cuatro o cinco meses más tarde, pero sabemos el valor simbólico que esto tiene, queremos hacer presión para que salga la ley”, aseguró Di Bello.

La pareja todavía no tiene en claro dónde ir de luna de miel ni cómo preparar la fiesta que merece este acontecimiento histórico. Confían en que todos sus compañeros y compañeras de militancia les den una mano para organizar la boda. “Todo esto es una responsabilidad enorme y la verdad es que no tenemos un mango, pero estamos felices. La primera vez que fuimos al Registro Civil, sabiendo que nos iban a rechazar, fue fuerte. Cuando en el ’95 hice que Mirta Legrand tomara de la misma copa, con todos los fantasmas que rodeaban al VIH, fue tremendo. Pero esto es mucho más poderoso”, aseguró anoche Freyre.

Mientras tanto, las diputadas Ausgburguer e Ibarra siguen esperando que aparezcan los legisladores kirchneristas y radicales que les aseguraron que iban a dar quórum y prometieron aprobar un dictamen para que el matrimonio gay se trate en el Congreso. Ayer, Di Bello les envió un mensaje: “Quiero que sepan que para el Estado todavía somos ciudadanos de segunda”.

Emilio Ruchansky
© 2000-2009 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Todos los Derechos Reservados

1 comentario:

David dijo...

Creo que uno no se puede meter en la intimidad de dos personas, y si entre ellos se quieren, mas alla de que sean del mismo sexo, pueden tener derecho a casarse. Por eso creo que es correcta la posibilidad de que hayan implementado esta ley. Como tengo un alquiler de casas en Montevideo, me gustaría saber que ocurre en Uruguay